jueves, 20 de octubre de 2011

Cohetitos

Estos cohetitos y petardos están prohibidos por Ley, pero no se aplica su cumplimiento en ningún caso.

El importador o el fabricante sabe que están prohibidos. La inspección de Aduanas o la inspección (que supongo que existirá) de industrias peligrosas, también.

El mayorista que compra el género, sabe perfectamente a quién va dirigido, y sin embargo actúa contra la Ley.

El minorista que se queda con un lote, sabe perfectamente de qué va el asunto, y sin embargo está dispuesto a asumir el riesgo de una fuerte multa, porque sabe que ese riesgo es muy bajo.

El comprador conoce, por las múltiples campañas de difusión que se hacen, del peligro que suponen esos artefactos.

El que lo enciende y lo hace funcionar, también está al día del problema para la integridad física que supone un cohete de estos.

Pues nada, aquí todo el mundo se pasa la normativa por el forro, y no se pone remedio ni aun ocurriendo tantos y tantos accidentes (muchos de ellos muy serios) por el uso de cohetes y petardos.

En el patio de mi casa (que es particular y se moja cuando llueve, como todos los demás) cayó uno hace poco (lo puedes ver en la foto) y cayó todavía incandescente. El patio, como tantos otros, tiene un toldo para aliviar la calor en verano. Si llega a haber estado cerrado, hubiera ardido con total seguridad provocando un incendio que muy probablemente hubiera acabado con mi casa al completo. El riesgo de accidente es muy, muy alto.

Valgan estas líneas para dar un toque de atención, tanto a la autoridades encargadas de que estos productos ni se fabriquen ni se distribuyan, como a la ciudadanía para que no los compre y use. Son muy, muy peligrosos.

5 comentarios:

Miguel A. dijo...

Ya comenté otro día en tu blog el desapego que tenemos en España por las leyes, que no son más que las normas (que consensuadas entre todos) nos damos para regir nuestra convivencia cívica.
En nuestro país no está bien visto cumplir las normas.
Correr con el coche por encima del límite, defraudar a Hacienda, tirar el papel al suelo en la calle, no respetar los pasos de peatons, saturar las urgencias para no esperar colas, falsificar documentos para que al niño me lo metan en el colegio al lado de casa, y un interminable etcétera.
Bueno, pues nada, será un tema cultural...
Lo lamentable es que en España, a la vez que parimos normas todos los días (ver el BOE y el BOJA en el caso de Andalucía), la Administración no se muestra 'demasiado' diligente para exigir su cumplimiento.
Pero, claro, la Administración española está formada por los mismos españoles que, cuando salen de la oficina, no respetan los pasos de peatones...

Unknown dijo...

Gracias, Miguel por tu comentario. Cierto que en España se está legislando continuamente, y desde que se instauró el estado de las autonomías supongo que la cosa habrá subido exponencialmente. Una diputada presenta su labor parlamentaria por la cantidad de leyes promulgadas desde su partido en el gobierno, y en las que ella ha participado, como si eso fuera una medida de calidad, o de no-se-qué. Creo que las normas hay que medirlas por los efectos que producen, en las mejoras conseguidas una vez que se aplican.

Myriam dijo...

Civilis, yo pensé que esas cosas sólo pasaban en México pero ya veo que no. Así tal cual lo describes sucede en México y al parecer tanto aquí como allá el objetivo principal es pasarse las leyes por "el forro" como dices tu. Quizá tenemos una tendencia y un gusto natural por hacer lo contrario a lo que debe ser. Acá a veces los chiquillos tran los cohetes al paso de los autos, ¿te imaginas? mejor ni pensarlo.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Myriam, un afectuoso saludo desde Jerez. Hace poco tiempo una joven perdió un ojo porque le lanzaron un petardo. Y cuánta gente ha perdido parte de ella o la mano completa por culpa de esos artilugios. A mí gustan los fuegos de artificio, en el cielo, y bien lejos. Y montados por profesionales.

Víctor dijo...

No, si aquí sí que se respetan las leyes... sólo que empezando por el final. Primero se quema la casa, luego se castiga a quien tiró el cohete, y seguidamente se persigue al comerciante, al minorista, al mayorista, y al importador... seamos optimistas Civilis, no estamos tan lejos de una sociedad que funcione, ¡sólo tenemos que cambiar el orden en el que hacemos las cosas!