viernes, 10 de octubre de 2008

Un paso de cebra muy traicionero


Se habla de habilitar carril bici por toda la ciudad, de hacer proyectos para implantar o retomar el tranvía como transporte público no contaminante. Los automóviles tienen su camino preparado, su "carril" para llegar rápida y confortablemente a todos los rincones. Y todo eso está muy bien, por supuesto. Pero, ¿Existe el carril-peatón que facilite el tránsito de las personas por todas las calles y este camino se respete? Evidentemente, no es así. Y hay multitud de ejemplos para demostrarlo. Por ahora, con un botón basta. Pero la botonera es muy amplia, y tengo que exponerla, poco a poco.

Puedes ver en la foto que el paso de cebra pintado en la calzada no coincide con el borde de la acera rebajado que para facilitar el acceso a la misma. Una farola estupendamente colocada en la mitad de una acera que, si nos fijamos bien, no llega a medir un metro de ancho. Menos mal que la pobre farola no está sola: una pocetilla estratégicamente colocada para romper tacones, perder llaves y atascar las ruedas de los carritos. La monotonía del supuesto suelo antideslizante es interrumpida por un registro de tapa metálica. En caso de lluvia se convertirá en una trampa para provocar resbalones ¡Seguro que la calzada -de dos carriles- cumple la norma exigida! Pero amigos, la acera, evidentemente, no.

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