domingo, 12 de octubre de 2008

La función de las aceras


Me tengo que tomar un café, o ir a hacer una rápida "gestión" o lo que sea... En cualquier caso, tengo muy claro que no debo interrumpir el tráfico rodado, bajo ningún concepto, que eso me lo marcaron a fuego en la academia. Además, la gente se empeña en no dejarme un hueco para poder aparcar.

Así que no tengo otro remedio que ocupar un poquito la acera. Total, el peatón siempre podrá coger por otro sitio. Para cuatro gatos que van andando por la calle, ya podían quitar unos cuantos metros de acera y crear más aparcamientos, ¡leñe!

Ahora que caigo, nunca me ha dado por venir al centro en autobús o andando. Al fin y al cabo el día que me quedé sin batería y fui al banco dando un paseo desde casa, no tardé más de veinte o veinticinco minutos en hacerlo. Además no contamino, me ahorro un buen dinero en gasolina y, lo que es más importante, gano en salud y en tranquilidad. Y si me canso, siempre podré tomar a la vuelta el bus o el taxi, digo yo... Claro que para hacer esto necesito las aceras, pero libres de obstáculos, ¿no?

No hay comentarios: