lunes, 18 de abril de 2011

La quiebra (moral) de la economía de mercado

Me ha impresionado -por su claridad en la exposición y su contundencia en las conclusiones- el artículo de Antón Costas (catedrático de Política Económica de la Univ. de Barcelona) publicado hoy en EL PAIS, titulado "Quiebra moral de la economía de mercado".

De este más que recomendable artículo, entresaco algunas ideas, como aquélla en la que se mantiene el empleo y el sueldo a los responsables de bancos rescatados con dineros públicos sacados de los impuestos y de los recortes de gastos sociales. Como consecuencia de esto aumenta la desigualdad.

Ha habido una transición de la banca prudente y aburrida (la que mantenía el riesgo en su balance) a otra que pone el riesgo como protagonista y lo esparce por el mundo.

Desde los años ochenta, los ricos (especialmente los del sector financiero) son cada vez más ricos, haciendo que la distribución de la renta sea cada vez más desigual.

Que cada quien saque sus propias conclusiones de su lectura. Destaco algunas del articulista, como el decir que "sólo una economía humilde, que reconozca que sabe poco sobre los mercados financieros será fuente de progreso y estabilidad", o "una salida estable y duradera a la crisis requiere una refundación moral del capitalismo (...) necesitamos salvar al capitalismo de estos capitalistas" (los que, rescatados con dineros públicos, vuelven a las mismas prácticas que provocaron la crisis).

La política debe recobrar su autonomía frente a los mercados financieros, so pena de hacer crecer la ingobernabilidad.

5 comentarios:

Víctor dijo...

Civilis, omites (o lo hace el articulista), un dato demoledor: en España, los únicos "bancos rescatados" hasta la fecha han sido las Cajas de Ahorros, o sea.. la banca pública.

Si los políticos que han dirigido las cajas hubiesen actuado de la misma forma en que lo han hecho los "ricos financieros" que han gestionado los bancos privados.. probablemente el país no se encontraría ahora mismo al borde de la quiebra. O, al menos, aunque tuviéramos dificultades, podría no haber sido necesario recortar pensiones, sueldos de funcionarios, etc.. No me parece que "la política" sea una garantía, precisamente

Dicho lo cual, no te discuto que los problemas de fondo actualmente son, en efecto, de orden moral.

(No sé si te llegaste a leer un libro que te comenté hace algunas entradas. Te aseguro que te gustaría mucho)

Un abrazo, y que pases bien estos días festivos que se avecinan.

Unknown dijo...

Hola Victor, creo que tienes razón en cuanto a rescates en la banca española, pero yo he querido entender que el articulista critica esta actitud a la banca en general, no veo que se haya referido a la española. Creo que todo el artículo se refiere a situaciones no estrictamente españolas, ¿no crees?
Espero que hagas buenas fotos (como siempre), vayas donde vayas durante esta Semana Santa, y que estés muy a gusto.
Tomé nota del libro, pero últimamente he bajado mucho mi velocidad de lectura, y tengo varios en lista de espera, entre ellos el tuyo.
Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

El libro que me recomendaste "Algo va mal" de Tony Judt lo tengo encima de la mesa desde febrero. Reconozco que había olvidado por qué (más bien por quién) lo había comprado. Ahora estoy leyendo la novela "Hijos del ancho mundo" de Abraham Verchese, que no me gustó de entrada, pero reconozco que ahora le cogido el gusto.
Prometo leer "Algo va mal" antes de abrir "Cobra" de Forsyth que, como evasión, sus libros son punteros.

Unknown dijo...

Un amigo (Carlos B) me responde a esta entradilla a través del correo y lo termina con la siguiente frase, que dejo aquí como resumen de su reflexión:

Dios nos dio la voluntad; la voluntad, la libertad; y ésta, el mercado.

El mercado nos hizo libres, y el Estado nos llevó a la esclavitud.

Víctor dijo...

(continuando con el último comentario).. pero el Estado resulta imprescindible para garantizar el ejercicio de los derechos y, en última instancia, la libertad individual. Es la pescadilla que se muerde la cola. Todo el asunto es un verdadero lío.