Independientemente de la evidente y lógica declaración de la ONU (sin agua nos morimos todos), en el caso de Jerez, la alcaldesa está utilizando unos eufemismos que sólo intentan -sin conseguirlo- camuflar una venta clara y diáfana del agua, para ponerla en manos privadas, en manos de una multinacional. Cuando habla de pasar de un modelo de "gestión directa" llevado por una empresa municipal a otro de "gestión indirecta", sin mencionar que será llevado por una multinacional. Habla de "contratación" y no de venta o alquiler que es de lo que se trata realmente. Por otra parte, el recibo del agua prácticamente no tiene impagados, pues detrás se cierne el corte de suministro. Al pasar el agua a manos privadas la tasa de basura se pagará de otra manera, subirán los morosos como la espuma y, como consecuencia directa, incrementarán el precio de la tasa para compensar.
Vamos a ver. El Servicio de Aguas en Jerez es municipal. Por conveniencia administrativa, Pacheco lo convirtió en empresa municipal, netamente municipal. Como empresa es una joya: vende un producto que todo el mundo tiene que comprar necesariamente. Los beneficios están garantizados. Así que no se trata de un cambio de gestión directa a gestión indirecta (es lo mismo decir gestión indirecta que gestión privada). Y esto ni tiene por qué ser así. No olvidemos que la propia Constitución Española reconoce la iniciativa pública (gestión directa) en actividades de servicios públicos esenciales -como es el caso del agua-. La limpieza, o el transporte público también lo son.
Pero así como en otros servicios públicos en los que la administración pública deja en manos privadas pero tiene que pagar un canon por ello, en el caso del agua es precisamente al revés: es la empresa privada quien paga el canon a la administración. Porque el agua es un negocio redondo, es un chollo.
Supongamos que es P lo que pagamos por el agua. Cuando ésta pase a manos privadas, la cantidad se dividirá en tres. P = A + B + C. A, B y C son cantidades millonarias en euros.
A: es el beneficio que se lleva la empresa privada que hace negocio con el agua.
B: es el beneficio que obtiene el Ayuntamiento (el canon que le cobra a la empresa privada).
C: es el coste del servicio.
El beneficio A de la empresa se irá a parar a sus accionistas. El beneficio B lo empleará el Ayuntamiento en otros asuntos, que no tendrán nada que ver con el agua. La cantidad C es la que realmente servirá para mantener el servicio. Será la cantidad que la empresa intentará que sea la menor posible, lo que se traducirá en un empeoramiento de la calidad del servicio (ojo, que eso es salud) y en una pérdida de las inversiones (mejora de las infraestructuras), que no está claro quién las pagará, ¿se imaginan quiénes? claro, lo usuarios mediante recibos-extra cada cierto tiempo. A ver quién me dice a mí que el recibo del agua no va a subir con la venta del servicio municipal. No hay duros a cuatro pesetas.
Hay ejemplos notorios de recuperación, de rescate del servicio hacia, de nuevo, manos públicas, y con buenos resultados. Busca en Internet y los encontrarás. Usa términos como "gestión pública del agua" o "gestión privada del agua".
La Alcaldesa, en un intento de hacerse con unos cuantos millones de euros para atender las nóminas tiene mucha prisa por vender el agua. Aunque posiblemente con buena intención, sería un error garrafal el hacerlo. El agua es un tesoro que tenemos que preservar y proteger de la agresividad de los mercados.
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