miércoles, 6 de mayo de 2009

Semana santa: daños colaterales

Mi calle no iba a ser menos que otras cientos -o miles- de otras en muchísimas ciudades y pueblos de España y América que "sufren" el paso de la semana santa. No hace mucho nos gastamos una pasta en pintar la fachada de nuestra casa. Los entusiastas meapilas callejeros me han dejado los bajos hechos unos zorros, al posar sus pezuñitas sobre la pared, esperando el paso del paso.

El Circuito de Jerez (donde se acaba de celebrar el Gran Premio de España de Motociclismo) tiene unos aparcamientos enormes, yo diría que infinitos. Que digo yo, por aportar una idea a los entusiastas de esta fiesta (la de la semana santa), que se puede montar el chiringuito procesional en este gran espacio (donde alguna vez se ha celebrado el Espárrago). Ahí pueden erigir la jerusalén que quieran: estrecha, angosta, con cuestas, recobecos, todo lo que se desee. Y dejar transcurrir los pasos por estas calles ficticias. Una especie de parque temático folclo-religioso o algo así. La Junta de Hermandades podría también cobrar una entrada por el espectáculo (de todas formas ya lo están haciendo actualmente). Todo son ventajas. Bares, puestos de patatas fritas, de juguetes, de garrapiñadas, etc. estarían dispuestos por todo el recorrido a disposición del público, que acudiría al recinto en autobuses públicos puestos por el Ayuntamiento. Porque, además, se dejaría de colapsar el centro urbano no ya desde el punto de vista del coche (que me da lo mismo) sino desde el punto de vista del peatón, que no puede moverse libremente por las calles de su pueblo. Cada año, el recorrido sería diferente. Cada vez le veo al tema más ventajas. Y evitamos los "daños colaterales". Vamos, que se vuelva a guarrear mi fachada.

En EL PAIS SEMANAL del 26 de abril Javier Marías informa que en Madrid también se sufre-disfruta de este tipo de cosa que es una procesión. En su sección habitual LA ZONA FANTASMA, en un magistral artículo titulado Como sioux, expresa por escrito lo que miles de españoles pensamos y no sabemos escribirlo con la claridad y contundencia de Javier Marías.

"...La España actual se parece cada vez más a la del franquismo, es decir, cada vez resulta más decimonónica. Entonces –durante el franquismo– la Semana Santa era obligatoria...."

"...La mayor parte del público que las mira y sigue son guiris de la peor especie con sus cámaras idiotas permanentemente alzadas. Contemplan el espectáculo –si es que a cosa tan aburrida y sórdida se la puede llamar así– de la misma manera que nosotros observaríamos una danza comanche o sioux alrededor de unos tótems..."


http://www.elpais.com/articulo/portada/sioux/elpepusoceps/20090426elpepspor_12/Tes

1 comentario:

Víctor dijo...

jeje, veo que también puedes ser malvado Civilis...

Si te pasan las procesiones bajo el balcón, podrías arrancarte con una saeta para ahuyentarlas.. :)

Hace unos pocos años me enteré de que existían procesiones en Madrid, y me acerqué a ver una de ellas por pura curiosidad... de niño había conocido las andaluzas y las castellanas, y quería ver cómo eran éstas... pues no te las puedes ni imaginar; como no quiero molestar a nadie, sólo te diré que me recordaron a esas películas italianas de los años 50...